La ciudad de los
tísicos
En la primera parte
El Narrador recuerda su llegada del viaje a la capital y a la dama que le
impactó al narrador en una tienda de perfumes, la dama solo usaba un tipo de
perfume “Flor de Lys” y no encontraba en la perfumería, luego el narrador la
busca, hace entender que él poseé el perfume al final se la envía como regalo. La
segunda parte trata de los paseos y museos de Lima que hace el Narrador
Protagonista, visita la quinta del Virrey Amat donde pone en imaginación sobre
las estructuras, los jardines que eran inspiradas en La perricholi.
Una mujer encantadora de la época de quien se enamora el Virrey, luego visita
los museos de la capital donde admira las obras artísticas de la época colonial,
incaica, el narrador enaltece los cuadros de Ignacio Merino, las esculturas
incaicas que en el fondo manifestaban representaciones de la vida y muerte de
aquel pueblo.
El narrador hace
diferencia sobre cómo era representada la muerte en la época colonial como en
la época incaica: un tambor anunciaba la muerte en la época incaica, en la
época colonial la terrible Arquero de Baltazar Gavilán por último hace una
referencia sobre la tumba del encomendero Francisco Pizarro y su catedral.
La última parte trata
del viaje que debe realizar el narrador hacia la ciudad B, a visitar a la tumba
de su amigo Abel Rosell y a conocer, las cosas fantásticas que le había escrito
su amigo desde su llegada hasta su muerte quiso conocer a los personajes que su
amigo Abel le contaba.
La novela termina en que el narrador no realiza el viaje. Descubre a Magdalena de Liniers (La dama misteriosa).
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